sábado, 21 de enero de 2012

Ya no tenemos al BOBBY


Por Argelio Santiesteban *

Época: los años 1950, cuando manda en Cuba una cuadrilla amoral y homicida que encabeza El Mulato Lindo de Banes, El Indio, o El Hombre, según quisiesen llamarlo los guatacas que lo rodeaban.

Escenario: una escuela del habanero Reparto Eléctrico.

Es viernes, último día hábil escolar. Día de Acto Cívico. Y el alumno Roberto ha sido designado para izar el pabellón nacional.

Eso hizo, precisamente. Pero lleva la enseña hasta el extremo del mástil y entonces… la hace descender hasta la mitad del asta.

--Alumno Roberto, ¿por qué ha hecho usted eso?-- pregunta airada la directora del centro.

--Porque… ¡porque mi país está de luto, con una tiranía! ¡Y acaba de caer José Antonio Echevarría!-- responde él, antes de salir corriendo.

Sería su primer –grandioso-- acto político.

En 1973 un joven treintón, Roberto del Monte (La Habana, 1943-íd., 2012) se está graduando de Periodismo en La Colina. A partir de ahí, diversos ámbitos mediáticos contarían con su talento dedicado: Tele Rebelde –en Santiago de Cuba--, Noticiero Nacional de Televisión, Mundo Latino, Canal del Sol…, como reportero, guionista, conductor, documentalista. Su trayectoria iba a adornarse con 12 premios nacionales.

Muchas comarcas de la cubana geografía, que tanto amaba, supieron de su mirada perspicaz de documentalista: Baracoa, Santiago, La Coloma, Niquero, Pinar del Río. Y retrataría a la décima, metro preferido por el guajiraje. Después, los lugareños se autorreconocerían en la pantallita.

En sus 24 meses como combatiente en África adquirió cierta fama, no sé si mala. Lo cierto es que muchos de sus compañeros de armas, amablemente, evitaban su compañía, por cierta vocación poco saludable de El Bobby: andar paseando por los campos minados.

Pero ya no tenemos a El Bobby. Ya no podré pasarle el brazo por sobre el hombro huesudo, en la florida azotea de Ledita Creagh donde, entre ronazo y ronazo, él iba desplegando sus proyectos, sublimemente utópicos, es verdad, pero siempre encaminados hacia el bien de la gente.

Bobby: no te ganaste no un nicho, sino muchísimos: en el miocardio de todos los amigos que te queremos. Sí, como dijo el poeta, nos haces una falta sin fondo.

DATOS DEL AUTOR. ARGELIO SANTIESTEBAN (Banes, Cuba, 1945): Periodista y escritor.

Escribe para revistas, periódicos, radio y TV desde los años ´60. Fue redactor de la publicación universitaria Alma Máter. Tuvo una columna fija en el ya extinto periódico El Mundo. Perteneció al staff en La Habana de la agencia noticiosa Reuters (por mandato del Estado Cubano), y al equipo de reportajes especiales de Bohemia. Ha sido colaborador de Mella, Trabajadores, Juventud Rebelde (donde ha tenido sección fija dominical en dos ocasiones), Revolución y Cultura, DDT, Granma Internacional, y un largo etcétera. Estuvo entre quienes crearon –junto a Zumbado y a Oscar Cuesta—la revista Sol y Son, de Cubana de Aviación.

Fue miembro fundador de la Brigada Artístico-Literaria Hermanos Saíz (año 1963). Trabajó, en el ICAP, en una serie de campañas de prensa en defensa de la nación. Estuvo entre los creadores de la TV Educativa en Cuba. (La original, de los años ´60). Correalizó un gran número de videodocumentales, exhibidos en el país y en canales extranjeros. Fue cofundador de los programas televisivos “Puntos de vista” y “Entre libros”.

Es autor de varios libros, en su mayor parte dedicados a la historia y el folklore de Cuba. Entre ellos: El habla popular cubana de hoy (tres ediciones: 1982, 85 y 97), Uno y el mismo (1994, estudio sobre folklore cubano comparado), Picardía cubiche (1994, sobre el humor popular), Anécdotas de Cuba (1999), etc. También se desempeñó en la divulgación científica, con los títulos Qué es la Química y Qué es el petróleo (Serie Cuadernos Populares, Instituto Cubano del Libro, 1969).

Entre otras distinciones periodísticas y literarias recibió, en su primera convocatoria, junto a Nicolás Guillén, Eliseo Diego y Tomás Gutiérrez Alea –entre otros--, el Premio Nacional de la Crítica, que concede el Ministerio de Cultura de su país. (Jurado: presidido por Núñez Portuondo, también lo integraban Le Riverand, Moreno Fraginals, Leonardo Acosta, y un muchacho, muy joven, quien representaba a las editoriales: Abel Prieto Jiménez).

También ha sido premiado o mencionado en los concursos de Periodismo Científico Fernando Ortiz, de Humorismo Marcos Behemaras, Primero de Mayo de la CTC, Festival de la Radio, etc. Ha elaborado guiones de multimedia, y campañas publicitarias. Actualmente mantiene espacios fijos en revistas, publicaciones electrónicas, en la radio y en la TV. Es miembro de la UNEAC.

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